La reconstrucción del ligamento cruzado anterior mediante la utilización de injertos tendinosos autólogos provenientes de tendón de los músculos isquiotibiales es un procedimiento ampliamente conocido. Inicialmente se utilizaron los tendones del semitendinoso y del gracilis utilizándose como autoinjertos de dos hebras para la reconstrucción del LCA deficiente, pero las preocupaciones con respecto a la fuerza llevaron al uso de injertos de cuatro hebras. La creación de un injerto de cuatro hebras doblando los tendones a la mitad disminuye su largo pero aumenta su fuerza tensil y la rigidez del injerto.