La intuición de una madre…

Brady

Brady Conner era un muchacho feliz y popular que asistía a la escuela secundaria de Craig, Colorado – Una pequeña y unida comunidad rural en la región noreste del estado. Comenzó su primer año en Setiembre de 2007 y se encontraba entusiasmado por la perspectiva de los meses siguientes y por la oportunidad de hacer nuevos amigos y de jugar al futbol para el equipo de su escuela. Con el año lectivo en camino, los estudiantes de primero participaban en juegos y actividades para conocerse y socializar una tarde soleada.

Una de esas actividades desembocó en un juego que consistía en cargar a un compañero de clase sobre los hombros y correr lo más rápido posible para alcanzar la meta. “Parecía una buena idea en el momento,” dijo Brady.

Sobre sus hombros se encontraba el mariscal de campo del equipo de futbol de la secundaria. Mientras corría lo más rápido posible, Brady se enfocaba en la línea de llegada cuando otro estudiante lo hizo tropezar, perder el equilibrio y caer. Brady inmediatamente adoptó una posición defensiva para él y su compañero. Al caer sobre su hombro izquierdo, inmediatamente sintió un dolor insoportable. Incapaz de moverse, se dirigió a consultar con la enfermera quien asumió que Brady se había fracturado la clavícula. La enfermera rápidamente llamo a sus padres, quienes en minutos se encontraban llevándolo a la sala de emergencias.

“Si hubiese sabido en ese momento lo que sé ahora,” dijo la Madre de Conner, Anne, “nos hubiésemos desviado de camino y dirigido directamente a la Clínica Steadman, en Vail.”

En la sala de emergencias los médicos asumieron que Conner se había fracturado la clavícula. Le hicieron una radiografía que no mostró fractura.  Le dijeron a Anne y al padre de Brady, Dick, que Brady necesitaba reposo y le prescribieron medicación para el dolor. Les recomendaron que hicieran una consulta con un cirujano ortopédico para estar seguros, y lo enviaron a casa.

“Mi instinto me decía que algo no estaba bien,” dijo Anne. “Mi hijo continuaba sufriendo mucho dolor y tomaba medicación como si el mundo estuviera por acabarse. Sabía que tenía que tener una fractura de clavícula o alguna lesión asociada. No podía jugar al fútbol y no era él mismo. Sabía que su clavícula necesitaba una evaluación más profunda y mi empleador, un dentista local, me recomendó que llamara a la Clínica Steadman en Vail.”

La semana siguiente la familia condujo last res horas que los separaban de Vail y fueron a ver al Dr. Millett. “Fue un momento de cambio para nosotros,” dijo Anne. “El Dr. Millett nos saludó con calidez y discutimos lo que había pasado durante las últimas semanas. Su calidez, compasión y comprensión inmediatamente nos pusieron en un nuevo estado de ánimo. Inmediatamente nos indicó una tomografía. Con una mirada a la misma supo lo que estaba pasando.”

Brady había sufrido una dislocación esternoclavicular, una afección rara que a veces pasa sin ser diagnosticada. De hecho, la lesión era tan severa que su clavícula había sido arrancada del esternón. Para empeorar las cosas, su clavícula se había movido completamente fuera de su ubicación normal y se encontraba por encima de la aorta comprimiendo la vena yugular, lo que le causaba a Brady dolores de cabeza e inflamación en la cara. Cualquier caída, movimiento brusco o impacto leve podrían haberle causado la muerte a Brady.

Al día siguiente Brady fue coordinado para cirugía de modo de reparar la dislocación esternoclavicular. Se trata de un procedimiento técnicamente demandante en el cual la clavícula se reduce y se coloca en su posición habitual. Los ligamentos que apoyan la clavícula y la articulación esternoclavicular son reparados para prevenir que el hueso vuelva a protruir dentro de la cavidad torácica.

“Me sentí aliviada y bendecida de encontrarme ahí. Una vez que la cirugía hubo terminado, no podíamos creer la verdadera extensión de la lesión de nuestro hijo. El Dr. Millett sabía cuan grave era y se mantuvo calmo durante la consulta de manera de que nosotros también estuviéramos calmos. Hubo una razón que nos llevó hasta él, y él le salvó la vida a nuestro hijo,” dijo Anne.

Luego de la cirugía Brady evolucionó de manera excelente. Retornó a la secundaria y pudo volver a jugar al futbol durante su segundo año. Irónicamente, exactamente un año luego de su lesión de clavícula, Brady se lesionó sus LCA y LMC jugando al futbol.

“Brady se lesionó la rodilla cerca del final de la temporada de futbol,” dijo Anne. “Yo me encontraba sentada junto al campo con sus directores técnicos, y ellos me recomendaron que lo llevara a la sala de emergencias. Miré  a Brady, sacudí la cabeza y dije que de ninguna manera. Al día siguiente nos encontrábamos conduciendo hacia la Clínica Steadman. Fue irónico encontrarnos sentados en la oficina del Dr. Millett esperando su llegada. El entró, nos sonrió ampliamente, y ahí empezó todo de nuevo.”

El Dr. Millett reparó completamente la rodilla de Brady mediante una reconstrucción en la cual el ligamento cruzado anterior desgarrado (LCA) es reconstruido con un tendón proveniente de la región anterior de la rodilla (autoinjerto del tendón rotuliano). Un par de meses después, Brady retomó sus actividades habituales. Siguió jugando al futbol durante su tercer y cuarto año sin problemas asociados con su clavícula ni su rodilla, y jugará para la Universidad del Estado de Adams en Alamosa, Colorado, una escuela de segunda división, en otoño del 2011.

¿Qué quiere ser cuando crezca?

“Quinesiólogo” dice Brady. “El Dr. Millett me abrió los ojos hacia una carrera que yo no sabía que existía. Fue fantástico trabajar con él, me dio aliento y literalmente me “reparó”. Quiero estudiar para ser un entrenador en medicina del deporte y rehabilitación y para seguir sus pasos.”

Anne no tiene palabras para hablar del cuidado que su hijo recibió bajo la atenta mirada del Dr. Millett. “Es el médico más paciente y amable que conocí. La diferencia entre el Dr. Millett y otros médicos ortopedistas es incomparable. Le he recomendado la clínica a muchísimas personas porque son fantásticos. Realmente fue una experiencia que cambió nuestras vidas.”

El destino determinaría que un año mas tarde, otro miembro de la familia Conner tuviera que hacerle una visita al Dr. Millett. Lea acerca de Anne y su síndrome de la escápula que cruje.

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